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Los independentistas catalanes fracasan estrepitosamente de nuevo

Nuevamente se acaba de demostrar que en Cataluña no hay ningún interés en la independencia y que está más por la labor de dedicar tiempo y recursos a la crisis económica del país, el paro etc. Lo negativo es que no se darán por enterados y seguirán con la farsa a costa de los catalanes que estamos tan "sobrados". un 21% de participación es penoso, eso supone que de los 6.871 habitantes que conforman Maçanet de la Selva, 1.442,91 están interesados en estas votaciones, de los cuales votan SI un 92%, o sea 1.327 personas de Maçanet de la Selva de los 6.871. Son datos aproximados y hay que tener en cuenta que estas votaciones no se caracterizan por su hambiente democrático, ni son legales, por lo que no hay seguridad ni seguimiento, como si ocurre en las votaciones legitimas con todo el rigor que se espera. Me hago la siguiente pregunta, 21 de 100 personas ¿tienen más poder que 79?, normalmente NO pero en el caso de Cataluña es distinto.

Titulares relacionados a día de hoy, de los periódicos más conocidos:

El independentismo pierde fuelle en su segundo simulacro de referendo, el periódico de catalunya.
Las consultas soberanistas de Cataluña pierden fuelle, el pais
Sí rotundo a la independencia en unas consultas con menor participación, el mundo
El Sí gana con el 92,3% de votos frente al 2,7% del No, en la segunda tanda de consultas, la vanguardia
La segunda oleada de las consultas independentistas suma otro fracaso, la razón
Segundo fracaso: 21% de participación, la voz de barcelona

Ivan Tubau, periodista y escritor, el 1 de marzo de 2010 en El Mundo:

‘Nací en Lima. Vivo en Barcelona. Tengo iguales derechos que un ciudadano de la Unión Europea: un abuelo era español y el otro alemán. Me gano la vida como contable. Hablo un castellano estándar. Llevo en España varios años y tengo facilidad con los acentos, puedo pasar si quiero por español sin más. También me defiendo con el catalán. Por ejemplo, sin falsa modestia ni vanidad, mi catalán y mi castellano son claramente mejores que los del presidente de esta región, José Montilla.

Observo que el asunto de las lenguas en Cataluña es como una función de teatro: se finge que la lengua principal es el catalán, pero, aunque una y otra sean oficiales, la lengua principal de los ciudadanos de Cataluña es el castellano, o español. En los colegios o institutos las clases se dan solo en catalán (o así se finge), pero la mayor parte de los alumnos y de las maestras tienen como lengua propia el castellano y a ella se pasan en cuanto salen al patio o se van a casa. ¿Por qué este absurdo? Porque, dicen, el catalán es la lengua propia de Cataluña, de la nación catalana.

Dos errores. Primero: las lenguas no son de los territorios sino de los usuarios, de las personas; ¿podría decirse de un territorio sin habitantes que tiene lengua? Segundo: al menos desde la Revolución Francesa no hay nación sin Estado; el Estado, realidad político-jurídica, inventa la nación para justificarse. No a la inversa. Lo de las naciones sin Estado es solo una coartada para terroristas.

Pero vayamos a lo de ahora mismo. Anna Hernández, esposa actual del presidente de la Generalitat, profesional de la política como él, confiesa que dos de los hijos de ambos, Anna y Hèctor, van al Colegio Alemán San Alberto Magno, que cuesta 400 euros mensuales por cabeza y tiene antiguos alumnos tan insignes como Jordi Pujol y Esther Tusquets. Allí no solo no inmersionan en el catalán como en la escuela pública y gratuita: solo hay una hora de catalán a la semana. Y dice la señora Hernández: «Los niños saldrán del colegio dominando perfectamente el alemán y el inglés. Es una maravilla. Solo por saber alemán ya encontrarán trabajo».

Estupendo. Yo también quiero que mis hijos estudien en español, alemán e inglés para que así se les abra medio mundo, y no en catalán, que no sirve ni para ir a Perpignan. Claro que dos hijos en el Colegio Alemán… la mitad de mi sueldo de contable. Y entonces recuerdo que en Tengo una pregunta para usted una ciudadana le preguntó a Montilla por qué no llevaba a sus hijos a una escuela pública y el presidente contestó que eso era «una opción personal». ¿Puede un presidente contestar eso y no presentar la dimisión?’.

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